15 de enero de 2018

2018

El año 2018 ha entrado lleno de cambios en mi vida. Muchos malos cambios o, al menos, difíciles de sobrellevar, así en frío.

La vida me pone a prueba a cada instante, la fuerza no sé ni de dónde me viene, pero aquí sigo, luchando una y otra vez sin descanso.

Éste nuevo año me tocará mudarme, sonreír con esfuerzo y ... muuuucho médico, pruebas y más sonreír sin ganas.

Lo cierto es que cada vez queda menos de Leona y asoma más la Endovikinga que llevo dentro. Tal vez por eso me he animado y... tengo nuevo blog (el que facebook ya ha tenido a bien bloquearme) con el que dar mucha más voz, si cabe, a la Endometriosis.
Puedes seguirlo aquí: ENDOVIKINGA

Como siempre estaré en la redes sociales, a las que voy cambiando de nombre poco a poco, y en las que espero seguir viéndote.

Gracias por estar siempre al otro lado de la pantalla. Escribir aquí, o allí, es toda una terapia. Haberme sentido tan arropada en momentos durísimos ha sido espectacular, así que sólo puedo estar agradecida.

Resultado de imagen de gracias


5 de octubre de 2017

Quiero conocer mundo

Hace tiempo me propuse viajar, conocer mundo, pero nadie me quería vender un billete. 

Acudí a estaciones, aeropuertos... ¡nada! Las ventanillas se cerraban al verme, "vuelva usted mañana", me decían. Cuando más desesperada me sentía, en el anden del destino, una chica vestida de amarillo me contó una historia.
Aquellas mujeres que quieren conocer mundo tienen que escribir una petición al viajero del tiempo
Así que atesore mis referencias de buena viajera, tomé pluma y pergamino, y las letras bailaron solas al son de la razón.

Pronto obtuve un pase especial con el que llegar a un nuevo mundo lleno de esperanza, empatía, sabiduría... y ahí, al cobijo de otros magistrados de la ciencia, nació ésta EndoVikinga.


Sería tras mi primera operación, viendo que los dolores no cesaban y teniendo un trato cuasi vejatorio, por parte del ginecólogo que me llevaba, cuando redacté mi petición de segunda opinión.

A ella adjunté todos los informes que poseía, de los especialistas que me habían tratado en los últimos tiempos, además de la Guía de atención a las mujeres con endometriosis en el Sistema Nacional de Salud (SNS) (las partes que se ajustaban o explicaban lo que yo argumentaba para ser derivada a un Hospital con Unidad de Endometriosis) y lo presenté ante la CONSEJERÍA DE SANIDAD Y SERVICIOS SOCIALES, pasándolo por registro en la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud.

Somos muchas las Vikingas que tenemos un diagnóstico de Endometriosis Severa, Endometriosis Profunda o Endometriosis grado IV (diferentes nombres para una misma cosa) pero pocas las que hemos logrado una derivación a un centro de referencia.

Por eso, desde aquí, brindo mi ayuda para todas aquellas #Endovikingas que encuentren trabas y problemas para obtener una derivación.

Y recordad 
>>Las mujeres con Endometriosis Profunda de Grado IV, que además ya han sido sometidas a una intervención quirúrgica, deben ser derivadas a profesionales que cuenten con equipos multidisciplinares<<
(página 49 de la Guía de la Atención a las Mujeres con Endometriosis en el SNS, publicada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en 2013)

26 de septiembre de 2017

¿Y ahora qué?

La noche cae sobre mis hombros y a la luna miro en busca de sabiduría. Ella sabe que el tiempo es inexorable y que ésta Leona Vikinga se queda sin segundos.

Hace dos años que todo comenzó; parecía que a partir de entonces todo sería fácil. Decirle adiós era la garantía pero... La pérdida nada cambió. La vida seguía siendo una cuesta empinada que escalar sin ayuda. 

Los últimos cartuchos los había prendido y su luz me guiaban por el abismo sombrío. Paré un segundo a tomar aliento, resbalé y caí al vacío donde el Leviatán me esperaba con los abrazo abiertos. 

No puede ser, tengo que encontrar una salida, un camino secreto oculto en las sombras y, al extender mi brazo, mi mano alcanzó una espina donde poder agarrarme y tener esperanza.

Esa espina, difícil de apretar, era lo suficientemente firme para soportar mi peso y así me alcé, encontrando un nuevo camino. 

Ese camino que tantas mujeres hemos tomado mientras pensamos en la familia, la necesidad y en que esa cuesta tiene que ser coronada.

Así que, ahora, estoy en lo alto de la cima, de la cuesta. Con temor, cansada pero no abatida. Con la suficiente energía para seguir adelante. Con el arrojo y empuje necesarios para dar un nuevo paso y seguir escribiendo las páginas de mi vida.

Hoy intento emprender contando con mi fuerza, mi tesón y, si quieres, con tu apoyo, pues la enfermedad no puede pararlo todo.

imagen vía:Le Bois

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